En este mes de mayo han tenido lugar algunas de las charlas incluidas en el curso sobre ejercicio en poblaciones especiales que organiza Chema Soria, gerente de «Selected trainer». Durante un fin de semana he tenido oportunidad de estar allí con profesionales implicados en el día a día del deporte en personas con limitaciones o enfermedades. Estuvimos hablando sobre ejercicio físico en personas con problemas metabólicos como la obesidad, diabetes o hipertensión y en actividad física en pacientes con cardiopatías y algunas enfermedades respiratorias. Fue una experiencia gratificante porque además de poder colaborar en la formación de estos profesionales, he podido intercambiar opiniones sobre casos y situaciones que a veces necesitan de ir un paso mas alla.
Los médicos en nuestra formación disponemos de mil clases y prácticas enfocadas en el diagnóstico y tratamiento de los pacientes con actividades complementarias en estadística, búsqueda bibliográfica e investigación. Es muy curioso que con los cambios que aparecen en los planes de estudio con esto de la «europeización» se hayan sustituido algunas materias pero durante los 6 años de formación siempre se olvida impartir algo fundamental que prescribimos habitualmente y para lo que no estamos capacitados: EL EJERCICIO FÍSICO.
Como cardiólogos estamos obligados a recomendar actividad física de forma regular en población general pero por nuestro tipo de paciente con enfermedad cardiovascular, la prescripción del ejercicio es tan importante o mas que una pastilla y disponemos de muy poca formación al respecto. Como médico deportivo creo que se está enfocando demasiado la atención de nuestra especialidad solo en los reconocimientos médico-deportivos de población atleta amateur(ojo que no digo que sea importante) en detrimento de la posibilidad que tenemos en la prescripción del ejercicio físico en sujetos con enfermedades.
El ejercicio físico no es algo que está cubierto por los sistemas públicos de salud y para lo que las personas deben organizarse en la búsqueda de alguna infraestructura que les permita realizar deporte con seguridad. Las Unidades de rehabilitación cardiaca han mostrado su eficacia y coste-beneficio para los pacientes cardiópatas pero están limitadas tanto en número como en disponibilidad a la población enferma. Además no hay que olvidar que las unidades de rehabilitación cardiaca deben aportar servicio temporal para el inicio de la actividad física siendo posteriormente el propio sujeto el que continue durante la llamada «Fase III» los cuidados aprendidos, entre otros la actividad física. En mi opinión creo que esta fase de ejercicio que dura «toda la vida» debe estar controlada por diferentes profesionales como médicos, fisioterapeutas, psicólogos, enfermería… pero siempre en este equipo multidisciplinar se olvida habitualmente a un personaje importante: El licenciado en actividad física.
Durante estas jornadas les he intentado transmitir a estos alumnos y personal de «Selected trainers» que están capacitados para conducir el ejercicio físico de personas con enfermedades siempre y cuando estén formados y colaboren en equipo multidisciplinar. Probablemente en los próximos años asistiremos a una especialización de TSAFAD e INEF en personal paramédico o no sanitario con conocimientos suficientes para que los paciente que lleguen a un gimnasio o centro deportivo no sean rechazados y se sientan seguros. Encantado de haber colaborado en este proyecto, espero poder seguir formando y formándome en este terreno.